jueves, 7 de agosto de 2014

Semana Mundial de la Lactancia Materna (reflexión).

¡Hola de nuevo amig@s!
Echaba de menos mi vida de mamá bloguera.

 Desde qué empecé a #conciliar paso como mínimo diez horas fuera de casa. Como podéis imaginar no puedo compatibilizar mi vida familiar con el trabajo y con mis aficiones (estas quedan relegadas al último lugar).

En estas semanas he sufrido una gran transformación, he pasado de estar metida en mi nido familiar, todo el día al cuidado de mi hija, lactando cada 2-3 horas, a pasar toda la noche y parte de la mañana fuera de casa (esto nos ha llevado a un destete nocturno forzoso, que contaré en otro post).
 
Al salir del nido, he reflexionado acerca de la lactancia materna. He seguido ejerciendo de asesora de lactancia con amigas y he realizado consultas a través de Facebook. He tenido que sacarme leche en una oficina, he llegado a casa con dolor de pechos, como cualquier otra madre lactante trabajadora, he sufrido comentarios despectivos sobre lactar "a estas alturas", y he agradecido profundamente y más que nunca los ratitos de lactancia con mi hija. 

A través de mi experiencia con la lactancia, miro atrás y me veo en una postura radical, "talibana" que dirían  algunas. Hoy en día quizá sería más talibana aún en parte, pues creo que nadie debería perderse una experiencia como esta en la vida. Para mi las ventajas son infinitas, la experiencia perfecta, los beneficios innumerables. 

También soy menos talibana que nunca. Estoy cansada de leer consejos a madres lactantes sin fundamento, culpando, agobiando. He leído a madres que se sienten mal al ver a un bebé tomar biberón, y "me han dado ganas de darle la teta", asumiendo que para ese bebé es mejor una teta extraña, que un biberón que le da su madre.
He visto a muchas mujeres que creen que lactancia artificial es igual a fracaso, que la lactancia materna es sinónimo de sacrificio e infelicidad. He visto mujeres que quieren destetar y se sienten culpables. Que están cansadas de la lactancia y siguen. 

Yo no comparto que sin siquiera intentarlo, algunas madres den biberón a su recién nacido, más que nada porque su hijo se juega su salud, y hay que enfrentar su libertad de elección, con el derecho del niño de recibir la mejor alimentación, pero salvo esta excepción, no comprendo tantos enfrentamientos y juicios. En la mayoría de los casos las "prolactancia" como yo, no conocemos el contexto y la situación de una familia respecto a la teta, y hacemos juicios de valor sin que nadie llegue nunca a ninguna conclusión

Yo tengo una buena conclusión: la lactancia es FELICIDAD. 

Debe serlo. Siempre. Si no lo es, no merece la pena. 

Es mejor una familia feliz que una lactancia triste. 

Es cierto que la lactancia es lo mejor, tiene beneficios que apenas podemos imaginar, pero el apoyo a la lactancia no debería hacer chirriar dientes, deberíamos simplemente mostrar lo felices que somos lactando, y no juzgar. Ayudar si se pide nuestra ayuda y ya está. Por favor madres del mundo, el apoyo a la lactancia no es ser abanderadas de ésta, lo primero es ser madres. Ser Madres. Ser felices.
Sin más.

Feliz #semanamundialdelalactanciamaterna
#SMLM2014






3 comentarios :

  1. Es un post tan bueno que me dan ganas de aplaudir!

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  2. Ole y ole!!! Como siempre no lo puedes escribir mejor, te echamos de menos, pero sabes que siempre estaremos por aquí. Debemos ser una tribu, nosotras, las madres, sin más.
    Besotes gordos, por cierto he comentado y no salia mi comentario igual te sale dos veces xD

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  3. Hoy en día la lactancia artificial es muy común. y se toma con mucha naturalidad, puesto que la leche de fórmula tiene todos los nutrientes necesarios para el bebé y muchas mujeres que por diferentes razones no pueden darles alimentación por lactancia materna optan por esta solución, aquí os paso una web que a mí me ha aconsejado bastante, http://clubmamas.novalac.es/consejos/para-ti-mama/ Saludos!

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