El viaje I

Cuando terminé de parir, la matrona le dijo a la ginecóloga: "Se nota que esta chica es muy equilibrada en su vida". No pude más que reírme, porque si algo he sido siempre, es desequilibrada. Ella se refería a como había afrontado el parto con 25 años, sin miedos, tranquila, entrando a paritorio riéndome. Comentaban: "parece que no estás de parto". 

El comentario me hizo ilusión, porque la maternidad ha conseguido traerme paz interior, equilibrio, felicidad y PRESENTE. Puesto que antes jamás estaba en el presente, siempre pasado (melancolía) o futuro (incertidumbre, preocupación).

En una ocasión, hablando de maternidad y amistades, una amiga asesora de lactancia me dijo: "hay mujeres a las que la maternidad las hace redescubrirse y hay mujeres que no".

No creo que ninguna mujer quede indiferente a la maternidad, está claro que su vida ha cambiado para siempre, pero en mi caso, me da la sensación de que todo mi cerebro se ha reorganizado. 

Por supuesto el cambio lo he buscado yo, y me he quedado con todo aquello que me ha hecho sentirme cómoda. Mi forma de afrontar el embarazo, parto y maternidad no es ni mejor ni peor que otras, pero es la forma apropiada para mí, y cada una debe buscar su ideal.

No pretendo dar lecciones, solo contaros como ha sido este viaje iniciático, que ha hecho que en un año y algo, ni yo misma me reconozca.



Todo empezó buscando el embarazo, cuando vi el documental "De Parto" de Documentos TV (lo recomiendo 100%) Yo siempre había sospechado que las episiotomías no eran necesarias, a través de este documental conocí el termino violencia obstétrica, descubrí que el parto no debería ser un calvario.

Quise prepararme para un parto no medicalizado, lo más normal y natural posible, y busqué en internet hasta que di con la maravillosa ginecóloga Gaia Zocchi, a la que visité antes del embarazo. Solo con verla supe que quería que ella me atendiera el parto. Una vez embarazada (un par de meses después) volví a su consulta para confirmar que sería su "paciente". (Entrecomillo porque no estaba enferma, no sería su paciente).

Tras asegurarme al profesional, decidí que nos debíamos preparar bien para el futuro parto y primeros días. Encontré unas clases de preparación al parto en un centro llamado Más Natural, por suerte el seguro médico las pagaba así que asistimos. El enfoque era exactamente el que yo buscaba, las clases amenas y didácticas. Aprendimos sobre reflexología, musicoterapia, porteo, lactancia, y nos enseñaron a resolver problemillas típicos del embarazo con remedios naturales.

Por supuesto la lectura es fundamental. Leí Parir sin miedo de Consuelo Ruiz. Parir el libertad de Raquel Schallman, el ya consabido Carlos González y su Comer, amar, mamar, Dormir sin lágrimas de Rosa Jové, y alguno más. Aparte de los enlaces web, videos de partos, y lectura de relatos de partos.

Puede parecer obsesivo, pero mi vida siempre ha estado bastante desorganizada, en ocasiones he sido una persona algo depresiva y negativa, y quería afrontar mi maternidad tan deseada de la mejor manera posible.

Me daba miedo el posparto y la depresión, no quería que llegado el momento me sobrepasasen las circunstancias, deprimirme, y no poder disfrutar del momento tan maravilloso que estaba viviendo. Así que pensé que la mejor manera de afrontar esto era con información. Así si mi niña lloraba, sabría que yo tenía leche, y que ella necesita contacto, sabría afrontar mejor el dolor del parto si nadie invadía y dirigía ese momento solamente yo. Y así con cada aspecto de la maternidad. No voy de "madre hippy" y no digo que este sea el camino para todo el mundo, solo ha sido mi camino, cada una debe ir marcándose el suyo propio.


Y hasta aquí la primera parte del viaje. Os pongo una canción que durante el embarazo me hacía identificarme mucho, y le cantaba a Alma constantemente.

¡¡¡Llevo la vida, llevo la vida, llevo la vida planeando!!!

Llevo la vida planeando este viaje

voy sin maletas llevaré mi corazón,

sin diccionarios voy cargado de caricias

por los senderos del sentir y del amor.

Por el camino encontraré las direcciones

tras huellas que me marca la razón ,

planeando por las sombras de tus risas

con la esperanza de alcanzar tu corazón.

Por eso yo te quiero contar que...

Surcaré los senderos de tu vida,

caminaré por los poros de tu piel

buscando tus caricias,

y tentando a la locura

buscando lo que nunca encontré.

Tras las heridas que se sufre en el viaje

la única cura son tus besos y tu amor,

con tus manos enredadas en las mías

y la dulzura de tus labios y tu voz.

Y ahora yo te quiero contar que

surcaré los senderos de tu vida...

Imagino que Antonio Orozco no la escribió pensando en la maternidad, pero se le puede aplicar bastante bien.