Porteo,del descubrimiento a la locura

Me encanta portear. Siempre supe que cuando tuviera un bebé le iba a llevar en una mochila, pero mi instinto me hacia desconfiar de las denominadas "colgonas" que por desgracia, son las que más a nuestro alcancé están en tiendas de puericultura y grandes superficies.

Así qué me puse a investigar (bendito Internet), y di con una tienda online de portabebés ergonómicos.

 ¿Portabebés ergonómicos? ¿Eso qué es?  

Pues resulta que este fue uno de los frutos que dio mi investigación, un portabebés ergonómico es aquel que respeta la postura fisiológica del bebé/niño. Sus piernas deben estar en "ranita" o forma de "M", y su espalda curvada en forma de "C". Viendo a un bebé en un portabebé ergonómico y en uno que no lo es, no hay duda en cuál va más cómodo.

En fin, que me estudie de esta página web todos sus vídeos, y con sus tablas de recomendación acabé comprándome dos portabebés, un fular elástico, y un mei-tai. A todo esto aún estaba embarazada (ansiosa). 

Más tarde en las clases de preparación al parto recibimos una breve introducción al porteo, y después nos apuntamos El Papá de Alma y yo a un taller básico. Y acabé comprando una mochila ergonómica para que papi portee más cómodamente (no sé que tienen los padres contra los nudos de los fulares, debe ser la palabra fular lo que les da repelús).

¿He mencionado que aún no tenía bebé y ya tenía tres portabebés y un cobertor?

Al nacer Alma, enseguida la puse en su fular elástico. Es maravilloso ver como se queda enseguida dormida, hasta en los momentos de mayor tensión, pero poco después al darme cuenta de que mi niña quería estar todo el día conmigo (lógicamente), me pareció que el fular elástico dentro de casa nos hacia sudar mucho, y pensé que una bandolera de anillas era la mejor opción. Rápida, cómoda, práctica, así que me hice con una.

De la noche a la mañana me he convertido en una obsesa, loca, adicta, aficionada al porteo. Se me olvidó comentar que vivo en un tercer piso sin ascensor y que tengo un perro al que sacar a pasear. No sólo es un placer para mi, lo es para Alma que le encanta estar pegadita a mi, lo es para Cova que sale a pasear todos los días con nosotras.

Peeeeero llego el invierno, así que empecé a pensar en como abrigarnos, y descubrí los abrigos de porteo, y mi madre se ofreció a regalármelo. Y otro artilugio más para el armario. Este tengo que reconocer que aunque es caro, es una super inversión, y estoy contentísima.

Y finalmente, como este año he sido muy buena, Papá Noel me trajo un fular tejido en color rosa precioso.

Así qué ahora en lugar de pensar qué me pongo, pienso qué portabebé me pongo. Cada día soy más experta en distintos nudos, y salgo a la calle con la cabeza bien alta y armada de paciencia para todas las cuestiones que te plantea el público observador, y las malas caras o miradas furtivas que genera el desconocimiento. Véase: pero va cómoda ahí? Uy! Mira donde lleva un bebé! Y no te duele la espalda? O el clásico: pobrecita donde la lleva... Por no mencionar a los que se te asoman a las tetas para ver bien de cerca a tu bebé. Y es que las marujas del barrio ya no respetan nada!!!

En fin amigos y amigas, que me encanta el porteo, y que aunque no soy asesora soy aficionada nivel medio y estaré encantada de resolver las dudas que os plantee el uso de portabebés. Parece más difícil de lo que es, y es una experiencia del todo gratificante. Genial para las malas noches, para cocinar, pasear al perro, pasar el aspirador... Muuuuchas cosas que un carro no te ofrece.

Mi asignatura pendiente: dar la teta en el fular, aún no lo hemos ni intentado, pero lo conseguiremos!

Si queréis más información sobre el porteo, en la página de Red Canguro tienen folletos informativos, vídeos, etc.